Nunca había amado tanto



Y sentí sus susurros bajo mi piel, cómo si un volcán de sensaciones se abalanzara sobre mí.
Nunca había amado tanto. Ni siquiera aquella vez. Todo era distinto. Nunca antes había besado unos labios cómo los suyos, tan suaves, tan inmensamente perfectos. Son de esos de los que no te puedes deshacer. Nunca había amado tanto, ni siquiera aquella última vez.

Carla Riera Ruiz

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